miércoles, 23 de septiembre de 2009

Un árbol cualquiera


Fotografiar un árbol. Fotografiar un árbol. Fotografiar un árbol... Esas tres palabras se han repetido en mi cabeza durante varios días. A simple vista parece bastante fácil. Pero, ¿qué árbol tengo que fotografiar?



Según la Real Academia Española un árbol es una planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo. No hay que ser muy listo para que nosotros mismos averigüemos esa definición. Todo el mundo sabe distinguir un árbol.



Estuve bastante tiempo pensando dónde encontrar uno que fuera interesante, extraño o que tuviese alguna historia. En definitiva, que no fuera una planta de tronco leñoso cualquiera.


Al principio pensaba que encontraría árboles exóticos traídos de otros continentes, pero tonta de mí, esto es Pamplona. Aquí hace frío.


Pensé y repensé, maldije Pamplona y sus parques tan verdes y abundantes, donde yo sólo veía árboles aburridos.



Fue precisamente un día que decidí ir al casco viejo para pasar la tarde e intentar convencerme de que septiembre aún es verano, cuando hice un descanso en la Vuelta del Castillo. Teníamos cerveza, hacia sol y nada que hacer. Verano.



Entonces comencé a mirar desde otro punto de vista. Lo cotidiano o simple puede llegar a ser excitante si dejamos de lado la espectacularidad de la cosas y nos centramos en lo que son por si mismas.


Al final di con mi árbol. Estaba ahí, en mitad del parque, precediendo una gran pradera verde.



No hay comentarios:

Publicar un comentario